Las propiedades terapéuticas de las plantas se conocen desde la antigüedad y se han encontrado tablillas de arcilla sumerias y papiros egipcio con la descripción y el uso de ciertas plantas como el mirto, el cáñamo, el tomillo o el saúco. Los griegos y los romanos también hicieron contribuciones importantes al estudio de las plantas, incluyendo Plinio que escribió su historia natural en 37 volúmenes y que fue divulgada manta veces durante toda la Edad Media.
Las plantas pueden tener diferentes propiedades en función del tipo de moléculas que las componen. Encontraremos plantas que tienen capacidades antiinflamatorias, antiespasmódicas, antisépticas, antioxidantes, antihistamínicas, antifúngicas, antivirales, etc.
Utilizamos las plantas en formas tan diversas como las tisanas, los ungüentos, las tinturas, los vinos, los supositorios o las càpusles entre otros.
Personalmente, trabajo con ungüentos elaborados con aceites esenciales o tinturas alcohólocas. Es un proceso largo y laborioso ya que yo misma recolecto las plantas, las macero en alcohol. En algunos casos el tiempo de maceración dura varios años.